EL MERCURIO - ABRIL 2006 Por Susana Ponce de León G. Desde mayo, la bailarina uruguaya Sara Nieto dirigirá la compañía de ballet argentino de Julio Bocca. este plazo se prolongará de acuerdo a los compromisos que tanto nieto como el conjunto aborden. Para la artista no es nuevo compartir responsabilidades en dos países: ya lo hizo entre 1996 y 2003, cuando dirigió su Academia en Santiago y la Escuela Nacional de Danza de Uruguay.
Artista ejemplar Sara Nieto es una de las pocas figuras del espectáculo cultural chileno que lograron romper los prejuicios y llegar a todo el mundo con su arte extraordinario y su desarmante sencillez. Y desde su llegada al ballet de santiago, a principio de los 80, su presencia fue ejemplo de disciplina, honestidad y talento para los otros bailarines. Por ello, cuando en 1996 decidió dejar el escenario, la noticia no sólo conmocionó al teatro municipal, sino también a un sinnúmero de admiradores de todos los ámbitos. "Mi vida en este país ha sido como algo mágico. todo se me dio sin buscarlo. es cierto que hemos trabajado mucho, pero creo que tuve mucha suerte: llegué en el momento justo, cuando apareció iván nagy", recordaba sara en 1996, agradecida del cariño de la gente y del apoyo que recibió del entonces director de la compañía del municipal, quien la nombró primera bailarina estrella, título que muy pocas bailarinas logran. Por eso y porque en 16 años ya su familia había echado raíces en este país, decidió abrir su academia en santiago y traspasar su amor por el ballet a las nuevas generaciones. hoy, muchos alumnos egresados bajo su guía integran importantes conjuntos internacionales, como el american ballet theatre de nueva york y el ballet argentino. Larga amistad Sara y Julio Bocca se conocían desde antes que él fuera considerado uno de los mejores bailarines del mundo y siempre sintieron mucha afinidad. "además, fue fabuloso bailar con él. siempre lo admiré mucho y trato en lo posible de que mis viajes a argentina y a nueva york coincidan con actuaciones suyas para poder verlo. así, de una manera u otra, hemos estado en contacto permanente", señala sara. -¿Cuándo te invitó Julio Bocca a dirigir su Compañía? "Al abrir mi academia, él sugirió la posibilidad de hacer intercambios y me pidió que fuera a dar clases a su escuela, que tiene alrededor de 500 alumnos. claro que entonces yo estaba cada vez más ocupada y no hablamos más al respecto hasta que en octubre del año pasado, lino patalano, su manager, llamó un día y dijo que julio quería que me fuera a trabajar con él. me sentí tremendamente halagada. él tiene mucho donde elegir, por lo que jamás se me ocurrió que podría pensar en mí para un cargo de esta naturaleza". -¿Cuál fue tu reacción? "Decir que no, porque no puedo dejar mi escuela. no me explicó de cuánto tiempo debía disponer, pero la idea era que fuera directora residente, porque aunque es un conjunto relativamente pequeño, nunca viajan todos: hay un grupo que trabaja en buenos aires y otro que itinera con julio. dije no y les agradecí el haber pensado en mí, pero julio insistió y me dio libertad total para seguir con mi academia. ahí ya no pude negarme. no sé qué pasará a futuro, pero con tantas facilidades tampoco podía quedarme sin probar, me habría arrepentido el resto de mis días. además, me encanta la idea de colaborar con una compañía profesional. julio tiene la posibilidad de tener siempre maestros y creadores de primer nivel. imagínate poder participar en los montajes de obras de Twyla Tharp, Balanchine, Marta Graham, más todos los coreógrafos argentinos". "Por un lado, a mi escuela también le serviría mucho, pues me voy a enriquecer, tendré más ideas, estaré de mejor ánimo... y por otro, julio trae maestros del extranjero y me ofreció que ellos vinieran también a trabajar con nosotros. y propuso un intercambio entre estudiantes y la posibilidad de becas para mis alumnos. la verdad es que me abrió muchos horizontes y un mundo nuevo".